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El filósofo de la ciencia, el profesor Federico Aguilera y el cineasta Marc de la Ménardière, propusieron en ULL Debates un cambio de realidad desde las relaciones personales y la sostenibilidad 

“El mundo no está hecho de objetos que chocan, sino de relaciones” sentenció el filósofo de la ciencia Jordi Pigem en el coloquio que tuvo lugar en la noche de ayer, 17 de octubre, en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. El también escritor se refirió así a la necesidad de proceder a un cambio de mentalidad y a una transformación como “una de las muchas soluciones” que hay a la realidad actual, marcada por las desigualdades: “este mundo está al revés -indicó- con más conocimiento e investigación que nunca, pero más deshumanizado”.

A juicio de Pigem el movimiento del cambio para lograr un mundo mejor, parte de cada uno “desde nuestro silencio interior, analizando nuestras necesidades y ver cómo transformamos esa realidad”, pero al tiempo “no somos individuos aislados sino que estamos conectados” y parafraseó a Mahatma Gandhi al afirmar que “transmitimos nuestros logros a nuestro entorno y si fracasamos también fracasa el mundo que nos rodea. Es por esto que tenemos que ir en busca de una nueva realidad”.

Las reflexiones de Pigem se produjeron en un Paraninfo universitario que congregó a más de 200 personas (tanto de la comunidad universitaria, como de la sociedad), que no quisieron perderse la proyección de la película “En búsqueda del sentido”, y el posterior coloquio protagonizado por el mencionado filósofo de la ciencia; Marc Ménardière, codirector del filme; Federico Aguilera Klink, catedrático de Economía Aplicada de la ULL y el periodista Román Delgado que moderó el acto. La iniciativa forma parte del ciclo ULL Debates, organizada por el Secretariado de Responsabilidad Social Universitaria (RSULL) adherida al Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad.

ULL Debates Sostenibilidad

La proyección de la cinta arrancó aplausos entre el público asistente, que valoró el viaje físico e interior que realizaron sus dos directores alrededor del mundo, buscando respuestas sobre “quiénes somos”. “Ahora somos más pobres que antes -afirmó Ménardière- pero mis acciones son coherentes a mis creencias”, refiriéndose a convivir con los valores de la sostenibilidad ambiental y social.

El fraude de la modernidad.

Para Aguilera Klink las conmovedoras imágenes y testimonios del documental “son nuevas para sus autores, que han emprendido un viaje interior sin retorno, pero nada de lo que dicen es nuevo” sino que, a su juicio, toman el relevo de las máximas del economista y filosofo Adam Smith en el siglo XVIII, para quien el ser humano pertenece a la naturaleza. Para Klink esta interacción con el entorno natural se evidencia día a día “y lo demuestro con mi alumnado -confesó- que he comprobado que se quedan con lo que les enseño cuando se conmueven, cuando hay convivencia entre intelecto y emoción”.

En esta línea, Pigem reconoció que hoy “los adolescentes tienen distracciones: miran pantallas en lugar de mirarse a los ojos” y fue contundente al afirmar que “la modernidad es un fraude. En el siglo XVII se comenzó la investigación y la necesidad de conocer y medirlo todo, pero 400 años después nos hemos dado cuenta de que lo que nos importa no podemos medirlo, que es todo aquello que tiene que ver con la afectividad y las emociones, no podemos cuantificar el amor que sentimos por nuestros hijos; cuanto más estudiamos el cuerpo humano menos lo entendemos y esto ha provocado una desconexión con nosotros mismos”. Es más, afirmó que está más que demostrado que “una vez que tenemos nuestras necesidades básicas garantizadas -comida, un techo y relaciones sociales- no somos más felices al acaparar más dinero o posesiones, podemos alcanzar la felicidad con lo mínimo”.

Klink reafirmó esta realidad expuesta por Pigem al comentar que la OCDE ha incorporado el dinero que mueve la prostitución y el tráfico de drogas al PIB, lo que calificó de “disparate”, ya que “la economía está poniendo en valor los beneficios económicos e ignorando a la naturaleza y a lo que es bueno para el ser humano, luego hay una clara deshumanización”, de la que tampoco exoneró al sistema educativo, tanto en los niveles de primaria como en las enseñanzas que se ofrecen en las universidades “y en esta institución, la de La Laguna, también”. Afirmó que “esta economía es un fraude que nos está enseñando a perder el juicio y a tener miedo, no a ser ciudadanos libres”.

Soluciones: transformación y autoestima.

Para Pigem la solución es la búsqueda de una nueva realidad, un nuevo paradigma y una transformación en la que predominen los valores de la igualdad, la justicia social, el respeto por la naturaleza y por un mundo más sostenible, que -insistió- parte del interior de cada uno de nosotros “por lo que no hay una solución sino muchas, tantas como culturas”. A su juicio, una propuesta puede valer en Tenerife “pero no en Fuerteventura, con un clima y unos habitantes con necesidades diferentes”.

Aseguró que “hay milles de entidades sin ánimo de lucro y miles de personas en el mundo que están trabajando en esto, pero no salen en los medios de comunicación, sólo hay que buscarlos y mirar a nuestro interior”, donde a su juicio reside el cambió desde la autoestima. En este punto mencionó al líder sudafricano Nelson Mandela como gran ejemplo del cambio “él decía que la mejor lucha contra la injusticia es la autoestima, y su vida fue un paradigma de coherencia”.

Para disfrutar del debate y de las intervenciones del púbico: aquí.