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La Universidad de La Laguna dio ayer, miércoles 11 de mayo, la bienvenida simbólica a su claustro a dos nuevos doctores Honoris Causa que han pasado a engrosar el ilustre listado de personalidades de la investigación y la creatividad que han sido distinguidas con tal distinción. Se trata del astrofísico Juan Esteban Beckman Abramson y del diseñador de moda Manolo Blahnik.

El abarrotado Paraninfo de la institución académica fue el escenario donde se desarrollo la solemne y emotiva ceremonia. Previamente, ambos receptores del doctorado Honoris Causa habían firmado el Libro de Honor de la universidad ante el rector de la institución académica, Antonio Martinón, acompañados por varios vicerrectores y autoridades académicas.

La sesión comenzó con la lectura de los acuerdos adoptados en el seno de la universidad en virtud de los cuales se han concedido estas distinciones. Seguidamente, los padrinos de los dos agasajados leyeron las preceptivas líneas de alabanza en las que se repasaron los méritos académicos y profesionales que los han hecho dignos de consideración para esta distinción: el catedrático de Astrofísica Teodoro Roca Cortés, en el caso de Juan E. Beckman, y la profesora Titular del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal Josefina Rodríguez Enríquez, en el caso de Manolo Blahnik.

Discursos.

En sus intervenciones, Juan E. Beckman reflexionó sobre de la perenne vigencia que tiene el estudio de los astros en la actualidad y reivindicó “una universidad moderna que tiene que saber estar en la vanguardia de lo profesional sin caer en la trampa de formar solamente cuadros al servicio de la economía”. Aprovechó para repasar la historia de la astronomía desde el siglo XVII, época en la que “el ser humano tenía una relación con las estrellas mucho más directa”. Hizo un breve repaso acerca del conocimiento que se ha adquirido durante este tiempo acerca del movimiento de las galaxias o el porqué de que el cielo nocturno sea oscuro.

Propuso además una observación científica de las constelaciones, poniendo como ejemplo la de Leo, la cual varía de forma al moverse el observador. En este momento proyectó una animación que mostraba que, si se variaba el punto de vista, la traza de dicha constelación podría corresponderse con la figura de un león, la de una diosa tumbada o, incluso, la de un zapato de Manolo Blahnik, momento que arrancó un aplauso del público.

También tuvo palabras divulgativas acerca de otra creencia ancestral, la alquimia como precedente a la química. El sueño de aquella creencia medieval se logró en el siglo XX, en parte gracias a la labor de de los astrofísicos. También dedicó una arte de su intervención a reivindicar la importancia de la formulación del método científico, de la ley de la gravedad (y de la teoría de la relatividad general, su sucesora). “Estas dos teorías son dos de los logros humanos más importantes de todos los tiempos, a un nivel igual que la obra musical de Bach, Mozart o Beethoven, o la literatura de Cervantes o Shakespeare”. Finalmente, describió Canarias como un polo de atracción para científicos de todas la edades unidos en la búsqueda de conocimientos profundos del universo.

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Por si parte el diseñador de origen palmero recordó cómo en los años 50 su familia quiso que estudiara, precisamente, en la Universidad de La Laguna, si bien los problemas de salud y su confesa falta de interés le previnieron de hacerlo y, en su lugar, acabó en la Universidad de Ginebra, en donde se abrió al mundo que luego conocería tan bien. “Se cumple una vez el dicho de que no hay mal que no por bien no venga”, bromeó.

Blahnik afirmó modestamente que, si bien agradece el nombramiento concedido, él se considera un “dibujante de zapatos e industrial”, por lo que no sabe si reúne méritos suficientes para recibir el honor que hoy la ULL le otorga, si bien lo agradeció.

Reflexionó que, como no es ni científico ni profesor y tampoco creía que se le concediera la distinción por su periplo vital, era mejor si optaba por hablar de su profesión “como dibujante”. Explicó que en su labor arte del análisis, observación y grabación mental de lo que ve diariamente, tamizado por su bagaje cultural como cinéfilo y aficionado al arte y a los museos, sin olvidar las sensaciones que le ofrece la propia naturaleza.

El siguiente paso de su proceso creador es el dibujo del modelo, la elección de los materiales y, finalmente, un momento que considera “muy especial” y del que disfruta mucho: la confección con sus propias manos del primer zapato, en el cual colabora con un grupo de profesionales que le ha seguido durante 45 años.

Sobre su vida ajetreada y cosmopolita, que le lleva a viajar por todas partes para promocionar sus creaciones, confiesa que es “una carga” que trata de llevar dignamente al entender que es necesaria para difundir su trabajo. Pero sigue insistiendo en que lo que realmente disfruta es la observación de lo que le rodea y su reflejo en los zapatos. Cerró su intervención agradeciendo a la ULL el nombramiento en condición “de artesano zapatero, palmero orgulloso de serlo”.

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El último en intervenir fue el rector de la ULL, Antonio Martinón, quien dio una explicación a quienes pudiera sorprender que se invistiera conjuntamente a dos personalidades de campos tan alejados. “Si pensamos un poco, descubrimos inmediatamente que realmente usan el mismo método. Así nos lo han dicho en sus intervenciones”, reflexionó. Blahnik parte de la observación del arte y de la naturaleza más cercana, mientras que Beckman fija su atención en la mirada al cosmos. “Ambos son observadores muy atentos de la realidad.”

Trayectorias.

John E. Beckman, originario de Leeds, posee una larga trayectoria como investigador en el área de la Astrofísica, en campos tan diversos como la cosmología, la estructura y la evolución de las galaxias y la física del medio interestelar, con incursiones en física estelar y astrometría.  Formado en la Universidad de Oxford, se licenció en Física Teórica y, en 1965, se doctoró en Astrofísica. En 1999, obtuvo el doctorado en Ciencias. Desde 1984 ha estado vinculado al Instituto de Astrofísica de Canarias y, por ello, también ha mantenido una muy estrecha relación con el Departamento de Astrofísica de la ULL. Su contribución a la formación de jóvenes investigadores, supervisando tesis doctorales y trabajos posdoctorales, es inestimable, así como su nutrida producción científica. En palabras de Teodoro Roca, se trata de “una persona que ha logrado mejorar sustancialmente todo lo que ha conocido, ha tocado y ha compartido a lo largo de su vida profesional”.

Manolo Blahnik es un reconocido diseñador de moda especializado en calzado cuya fama internacional no ha impedido que siga vinculado a su isla natal: La Palma en la que pasa varios periodos de tiempo al año. Estudió idiomas y arte en Ginebra antes de trasladarse a París en 1965, donde decidió dedicarse al diseño y, finalmente, se instaló en Londres. Ha sido reconocido con galardones como el premio del CFDA (Consejo de Diseñadores de Moda de América) en varias de sus ediciones como el máximo galardón del Consejo Británico de Moda, la Aguja de Oro y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2002.

Ha sido reconocido en el mundo de la industria de la moda, en acontecimientos como la London Fashion Week o el New York Festival Fashion Week. La profesora Josefina Rodríguez resaltó la sólida formación intelectual de Blahnik y las numerosas referencias artísticas y literarias que, junto a su isla natal, son determinantes en la concepción de sus diseños.

Tras la lectura de las alabanzas, el rector impuso los birretes a los nuevos doctores, quienes recitaron el juramento de aceptación para luego recoger el libro de la sabiduría, el anillo, los guantes blancos y la medalla.

Extracto de la nota de prensa emitida por el Gabinete de Comunicación de la ULL.